Desde la perspectiva de Innerarity “La apelación a los valores sirve para llamar la atención sobre realidades valiosas, pero también para otras muchas cosas, algunas de muy poco valor en sí, pero de gran utilidad para quien lo realiza”. En el mundo globalizado en el que vivimos, desde una imagen objetiva de la realidad existe una pérdida de valores provocada por la ambigüedad que se establece entre esta idea y una gran cantidad de problemas que esconden esta verdadera pérdida que ha sufrido la sociedad misma.
La sociedad vive un presente ausente de una conciencia del pasado, la comodidad de esperar que es lo que nos depara el día de mañana genera en sus miembros un punto de vista en el que el verdadero “valor” de nuestros valores se esconde en el valor que le dan los políticos y otras entidades actuales, así como nuestras propias acciones, a lo que desde su visión será el valor moral de nuestros valores. En las políticas modernas, los actores principales del escenario social debían ser los ciudadanos, pero eso sería un sueño, la realidad es otra, estos actores son aquellos que conforman las masas poderosas en la sociedad, por lo cual en las políticas actuales no se establecen mecanismos o formas para que los ciudadanos ejerzan su crítica u opiniones democráticamente. De ahí que seguimos patrones de la interpretación de “valores” que posean estas masas como reflejo de nuestro propio concepto.
Esta idea es adoptada más no aceptada por las personas, ya que la esencia o génesis de nuestros valores debería ser colectiva, elaborado por todos, y no sólo por unos cuantos. Si así fuera existiría en el mundo el fortalecimiento de los procesos de “participación”, donde al colaborar todos en el establecimiento de realidades, esta participación se diera a conocer rápidamente. Con esto se detendrían las líneas políticas que han gobernado desde su idea maquillada de la realidad conforme a los lineamientos que sólo a ellos reconfortan (derechos y libertades), aplicando acciones que en la realidad no ocurren, como las prohibiciones o ciertos comportamientos en los centros educativos, donde al abrir la puerta nos damos cuenta que no se cumplen, hay que “predicar con el ejemplo”, mientras que esto no se lleva a cabo, la situación permanece igual, todo queda en realidades disfrazadas. Se rompería el esquema de esa doctrina, que a través del tiempo nos han querido imponer muy sutilmente, al vendernos la idea de que el camino que nos han marcado respeta y escucha nuestros valores. Quedando libres para generar nuestros pensamientos propios y críticos, mediante los cuales seamos capaces de establecer el valor propio de nuestros valores morales, sin perderlos ni dejarlos caer en las manos equivocadas.
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