En los años 90’s la capacidad creativa de personas innovadoras empezó el auge de la producción de contenidos multimedia utilizando como tecnología el CD-ROM, popularizándose así que se dejaba atrás el papel y se daba apertura a los libros o materiales electrónicos dada la gran capacidad de almacenamiento de este dispositivo. En un principio este tipo de recursos tuvo éxito dado el entorno novedoso que proponían, la mezcla entre imágenes, texto, sonidos, era reveladora hasta ese momento. Pero este tipo de producciones no se ha mantenido en la misma posición, ya que los costos de producción son bastante altos, mientras que los beneficios económicos por ellas no son tan buenos. De ahí, la mala situación financiera de la mayoría de las empresas, que incluso esto las ha llevado a la quiebra. Con el auge que ha tomado Internet, los problemas se han incrementado, ya que la nueva cultura que ha adquirido la sociedad por voluntad propia, es obtener lo que necesita de este medio sin ofrecer nada a cambio. Es primero buscar lo que necesito y si no puedo obtenerlo gratuitamente, cuestionarme profundamente si es que ¿lo necesito en realidad?, o es que no pasa nada si no lo adquiero.
En estos tiempos ¿qué pasa con la cultura?, existe gran cantidad de información en todos los medios que se encargan de difundirla, pero en realidad ¿estos también difunden cultura?, o simplemente transmiten información sin fomentarla. Parece que conforme cambian los tiempos, las personas también lo hacen, en algunos ámbitos para mejorar y en otros tristemente para retroceder. Un caso tangible sobre esta pérdida de cultura, es el obtener la información que se necesita de forma gratuita, es decir, las personas buscan aquellos medios de comunicación que los mantengan informados pero sin dar nada a cambio. Por ello se tiene que el desarrollo que contenidos multimedia en algunos países del mundo no sea muy alentador. En palabras de Matas “desde el momento en que los costos aumentan, con unos mercados tan bajos, el futuro es negro”.
Esta situación se ha agravado aún más con el paso del tiempo, personas de todas las edades hemos entrado en este círculo vicioso, y aunque sabemos que el actuar de esta manera no forma parte de nuestra cultura, seguimos actuando así. Se ha generado paulatinamente una subcultura de no pagar por la información, aún cuando sabemos que personas que la difunden reciben salarios y que se requiere capital para solventar los gastos que las producciones generan. Esta subcultura, ha sido apoyada por los medios políticos en algunos países del mundo, ya que prefieren cerrar los ojos y dejar que todo siga marchando igual, en lugar de buscar apoyos que permitan que los contenidos que se generan cuenten con fuentes de ingresos que los respalden. Además, el panorama se torna cada vez más oscuro porque las personas ya no sienten como antes el apego en cosas materiales, como los libros, ahora casi todo se puede leer en el ordenador y la mayoría de forma gratuita.
Un ejemplo claro son la publicaciones de periódicos, quienes al difundir la información de manera gratuita han sufrido pérdida de suscriptores, por lo que han tomado medidas más severas, al cobrar por ciertos tipos de información en Internet, algunas han tenido mucho éxito porque los consumidores demandan esos tipos de información. Es penoso ver que el mercado requiere ser obligado para regresar a esa cultura de pagar por lo que se obtiene, pensando que es esa la única forma en que los consumidores regresaremos al círculo en el que unos producen y difunden mientras otros consumimos.
Este es un link donde se menciona la cultura de pago por materiales en Internet, considero que nos permite reflexionar sobre nuestras formas de actuar y entender las razones que nos orillan a eso…
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