Para empezar resulta necesario afirmar que el “Derecho a la información” es uno de los derechos constitucionales de los seres humanos, que son aquellos garantizados con rango consitucional que se consideran como esenciales en el sistema político y que están especialmente vinculados a la dignidad humana, en otras palabras, son aquellos derechos que dentro del ordenamiento jurídico disfrutan de un estatus especial en cuanto a garantías de los individuos. Pero ¿qué pasa cuando las formas políticas de organización de los países no permiten ese derecho?, pues los ciudadanos al fin y al cabo son quienes al encontrarse privados del mismo, están al mismo tiempo privados de la información que pasa a su alrededor.
La organización política de los países marca la diferencia entre los mismos, entre comillas una país con democracia da libre paso a que los ciudadanos se mantengan informados mientras que un país que ejerce una dictadura, como su nombre lo indica no permite libremente practicar ese derecho. Entonces partimos del concepto de democracia (la mayoría de los países del mundo) como una forma de organización de grupos de personas, cuya característica predominante es que la titularidad del poder reside en la totalidad de sus miembros, haciendo que la toma de decisiones responda a la voluntad colectiva de los miembros del grupo. En el caso opuesto en una dictadura (sólo unos cuantos países que aún se resisten al cambio), es una forma de gobierno en la cual el poder se concentra en torno a la figura de un solo individuo, se caracteriza por una ausencia de división de poderes, una propensión a ejercitar arbitrariamente el mando en beneficio de la minoría que la apoya y la imposibilidad de que a través de un procedimiento institucionalizado la oposición llegue al poder.
Más específicamente, la propuesta democrática se expresa en la democracia liberal, vista como micro democracia creadora de paz y armonía social, respetuosa de la propiedad privada, donde lo militar se subordina a lo civil y en la cual los derechos universales del hombre y el ciudadano, constituyen el eje central de la relación entre gobernantes y gobernados y en la cual el gobierno de la mayoría jamás excluye a la minoría (Sartori, 1994). Desde la perspectiva de Ignacio Molina (1998) un ejemplo claro de dictadura es Cuba ya que “Es una autocracia porque una persona es la autoridad máxima e incuestionable dentro de la nación, disponiendo arbitrariamente de todo recurso en cuba y deciden la política interior o exterior, es decir, no hay igualdad porque él está encima de todos. Fidel llegó al poder asesinado no por elecciones. Si no eres miembro del partido del gobierno y no apoyas las decisiones del dictador, eres marcado como un criminal dentro de tu propio país, entonces no hay derecho a elegir y a asociarse distinto”.
El derecho a la información constituye uno de los derechos humanos, que por el simple hecho de serlo, debería corresponder a las personas poder ejercerlo sin privatización alguna. Tristemente en algunos países del mundo no existe un respeto por los mismos, afirma Ramón Hernández que “los derechos humanos son subversivos para las dictaduras”, en ellas se mantiene un irrespeto hacia esos derechos de los ciudadanos.
En los tiempos modernos estar informados representa una de las necesidades vitales de los seres humanos, ante el gran cúmulo de acontecimientos que ocurren en el mundo, estar informado se vuelve una prioridad fundamental. La difusión de los medios de comunicación se ha dado a pasos agigantados, cada día se incrementan el número de medios que compiten en la carrera de la información. Las personas sin darse cuenta ejercen su derecho a la información al acceder a las grandes cantidades de ella que se les presentan día con día. Se afirma que existe una marcada diferencia entre las personas libres de decisión (democracia) y la que no lo son (dictadura), en la adquisición de la información, en un país democrático existe la libertad de expresión, por ende, las personas se expresan, informan y comunican libremente, mientras que en una dictadura las personas no cuentan con esa libertad, sólo son receptores de la información que el alto mando desea transmitir. Además de que resulta característico por ejemplo en los periódicos digitales que en la dictadura las noticias aparecen de manera breve y sin posibilidades de que los lectores den sus opiniones, mientras que en un democracia los lectores tienen mayor gama de noticias y oportunidad de expresarse.
Tiempo atrás podíamos suponer que la desventaja con respecto al acceso a la información era abismal, pero ahora nos damos cuenta que no es así, una democracia no es exactamente lo que debería representar, es como una pequeña dictadura pero que no se ve. Los medios de comunicación son los encargados de informar, pero ¿qué es lo que informan?, ¿quién y por qué quieren dar a conocer esa información?, la información en la mayoría de los casos está viciada, no es totalmente verídica y siempre lleva un fin oculto. Menciona Ignacio Ramonet, director de Le Monde Diplomatique, en su artículo Medios Concentrados: “En las sociedades democráticas la libertad de expresión no sólo está garantizada sino que se acompaña del derecho fundamental de estar bien informado. Ahora bien la concentración de los medios a través de la fusión de publicaciones antes independientes en el seno de grandes grupos que ha llegado a ser hegemónicos, pone en peligro este derecho. ¿Tienen que tolerar los ciudadanos este desvío de la libertad de prensa? ¿Pueden aceptar que la información se reduzca a simple mercancía?
Los medios se han convertido en instrumentos de poder, porque se encargan de propagar ideologías mediante la información de difunden, estas no son tan diferentes entre una democracia y una dictadura. Más bien la difusión de los medios se está convirtiendo cada vez más en una “dictadura invisible” a pesar de que las personas vivamos en una democracia. Ahora el proceso es inverso, la gran necesidad que surge es democratizar esa información que recibimos, de ahí la opinión de un grupo de jóvenes argentinos periodistas en el proyecto de una agencia de noticias contra la información, quienes mencionan que “la incesante concentración de los grupos mediáticos y su vinculación al capital financiero provocó una verdadera “dictadura” de los medios, en la que unos cuantos señores se adueñan del derecho a la comunicación propio de todos los seres humanos. Frente a este panorama se hace imprescindible la lucha por la democratización de las comunicaciones. Esto implica pensar en una nueva comunicación, distinta de la que proponen los medios hegemónicos, por libertad de información entendemos no la de los propietarios de los medios, ni siquiera la de los periodistas y trabajadores de la comunicación, sino la opción de la ciudadanía a informarse a través de un amplio arco de medios de comunicación, en el que estén representados todas la tendencias, partidos y corrientes de pensamiento, así como la realidad en su multifacética complejidad”.
Por ello, cualquier noticia que nos llega independientemente si se trata de una democracia o de un dictadura, el fin es el mismo, la difusión de la información, lleva como mensaje implícito el establecimiento de una ideología común para la sociedad. Me llama la atención observar en los periódicos en la red, que Cuba es uno de los países que a lo largo del tiempo no ha accedido ante las exigencias de Estados Unidos, es una lucha de poderes, donde pareciera más fácil que el más poderoso resultara victorioso, pero sorpresa no es así, la ideología cubana no ha sido fácil de dominar (aunque el ex dictador ya no esté, el control sigue muy cercano) por la ideología americana aún hablando de tratados que permitan la mejor comunicación entre los países, así como la mejora de sus procesos económicos. No podemos dudar que el poder de la información lo cambia todo. En ambos tipos de gobierno los ciudadanos no tienen ni voz ni voto en realidad, ante esta lucha de poderes son dos los dictadores que nos dicen lo que quieren que sepamos y no lo que queremos escuchar, es aquí donde debería aplicarse el principio universal que establece que “el derecho a al información es universal”, sin hacer distinción alguna y no permitiendo que los poderosos dirijan todo el tiempo el rumbo de la misma. Si de verdad queremos vivir en una democracia real, debemos luchar por nuestro derecho a la información y buscar la democratización de los medios, ya que la libertad de expresión va de la mano con nuestra libertad de información.
Gráficamente el problema de bloqueo entre Estados unidos y Cuba… En palabras del ex dictador desde 2008, ¿Quién quiere entrar en el basurero?...
Y cómo el ex dictador informaba mediante su discurso al pueblo… ¿Será este discurso el derecho a la información de los ciudadanos de Cuba?...
QUERIDOS COMPATRIOTAS:
Dentro de unas horas se cumplirá un aniversario más de aquel bello amanecer, hace 49 años, en que triunfó nuestra Revolución.
Sobre los restos de la tiranía proyanqui seguimos el largo y empinado camino. Gracias al pueblo noble y abnegado de Cuba, a sus obreros y demás trabajadores manuales e intelectuales, sus campesinos y estudiantes, hombres y mujeres, niños, ancianos y ciudadanos de todas las edades, alfabetizados o analfabetos, Cuba fue entonces por primera vez dueña de su destino.
Si tengo el raro privilegio de dirigirme de nuevo a ustedes es porque vieron en este compatriota una persona que siempre les dijo la verdad.
No es mérito ser honrado sino deber sagrado. En el transcurso de la madrugada habrá quedado atrás el Año 49 de la Revolución y entraremos de lleno en el año 50, que simbolizará el medio siglo de resistencia heroica. Proclamemos al mundo con orgullo este récord que nos hace acreedores al más justo de los reclamos: que se respete el derecho a la vida y a la sana alegría de nuestra Patria.
Por ese derecho lucharemos hasta la muerte. Para los cubanos, hace más de un siglo, Martí lo proclamó: “¡Patria es humanidad!”
Fidel Castro Ruz
Diciembre 31 de 2007
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